martes, 6 de mayo de 2014

Mujer objeto, hombre sujeto


Sexismo. Ese es el tema clave a comentar. Se trata de un tema delicado puesto que no todo el mundo aprecia el "sexismo" en el mismo grado, ya sea por su cultura, sus costumbres o sus creencias. 

La sociedad en su conjunto nos ha llevado, desde hace muchos años, a mantener un pensamiento sexista, en favor siempre del hombre, y rebajando a la mujer a un segundo plano. Tradicionalmente las mujeres siempre han llevado consigo el 'cliché' social de que son más útiles para labores domésticas y de atención de los hijos y menos aptas para el trabajo fuera de casa, cosa que actualmente está empezando a cambiar bastante y de lo cuál debemos sentirnos orgullosos, desde mi punto de vista.

Aunque, quizás yo esté equivocado. ¿Y si realmente nos intentan inculcar que esos valores sexistas se están erradicando poco a poco y no es verdad? ¿Podrían estar engañándonos? ¿Podría existir esa desaparición progresiva del sexismo solo en apariencia?

A raíz de empezar a profundizar en este tema por asignación académica y tras leer el artículo "Sexismo en publicidad y en los medios de comunicación" de Cristina Oliveira he estado investigando más acerca de la influencia que ejercen la publicidad y los medios en cuanto al tema tratado.

Pues bien. Resulta ser muy fácil hablar de que el sexismo es algo negativo, que es algo que no se debería inculcar a nuevas generaciones, sin embargo, todos los días las gentes se encuentran bajo la influencia no solo de las posibles connotaciones sexistas del lenguaje común, sino que también, cuando se encuentran disfrutando de la tranquilidad de su casa, dejando pasar las horas frente al televisor como método de descanso o pausa en el trabajo, los mensajes subliminales o implícitos en la mayoría de anuncios o incluso programas de televisión les abordan con este tipo de premisas sobre las mujeres y los hombres. 

La autora del artículo citado nos explica de manera muy concisa la manera en que estos medios nos proyectan esos estereotipos de la cultura común en la siguiente frase: "se presenta a las mujeres como algo que se ofrece, que está al alcance de la mano: “Usted tendrá acceso a esta mujer si compra el coche X y se ahorrará incluso el trabajo de la seducción”. Así pues se transmite la idea de “mujer-objeto” contrapuesta a la del “hombre-sujeto"."

Un buen ejemplo de lo que nos comenta Cristina Oliveira es este anuncio de la marca de desodorantes AXE que se encuentra enlazado a continuación:

                                    

Observamos que la mujer, en esta presentación visual en forma de anuncio, se encuentra rebajada e incitada a ser el "objeto" de deseo y de satisfacción del hombre. Pero no de cualquier hombre, sino solo del que utilice este desodorante. Es decir, no solo intentan vendernos su producto y ya está, sino que hacen hincapié en un tópico social para incitar al público masculino a la compra de esto y dando a entender que de esta manera conseguirán lo que quieren como hombres "tradicionales" y corrientes que son.

En definitiva, la sociedad esta arraigada a estas maneras de pensamiento y de actuación, y por mucha fachada que quieran construir, el trasfondo siempre es el mismo y el mensaje sexista, al fin y al cabo, de una manera u otra, se transmite de igual manera. Ya sea en la publicidad, en la calle o incluso en el trabajo, donde la metáfora del "Techo de cristal" (aparentemente las mujeres pueden ascender en los cargos de una empresa pero siempre llegan a un punto donde los altos mandos de esta frenan esa ascensión y es ahí donde estas topetan con este techo imaginario impuesto por los de arriba) se encuentra todavía demasiado viva, las mujeres siguen estando marcadas por estas costumbres y creencias, para servidor demasiado anticuadas.






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