En diversas culturas y
sociedades en las que confluyen diferentes ideas y corrientes ideológicas,
políticas y religiosas, las personas tienden a diferenciarse unas de otras,
encasillarse y organizarse según sus ideas o sus formas de pensamiento y
catalogar a los demás en diferentes conjuntos sociales.
Estas diferencias y
diferenciaciones que han ido evolucionando a lo largo de los años han dado
lugar a un gran abanico de culturas y costumbres dentro de estas que concebimos
en la actualidad.
La RAE define el estereotipo como: “imagen o idea aceptada
comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable.”
Esta definición
me parece bastante acertada, pero discrepo en uno de los términos utilizados
para su definición: La inmutabilidad.
Buscando de
nuevo en la RAE
encontramos la definición al término puesto en dudad anteriormente. Lo
inmutable se encuentra definido como lo “No mudable, que no se puede cambiar”.
¡Curiosa palabra
encontrada en la definición de estereotipo! Sin duda los estereotipos parecen
dados de antemano y se consideran pensamientos totalmente normales e incluso en
ocasiones nos hacen olvidar que en épocas pasadas, estos estereotipos no
existían y que los actuales son fruto de la evolución histórica de estos.
Esto nos lleva
a plantearnos la siguiente cuestión: ¿Creen verdaderamente que los estereotipos
con los que están acostumbrados a vivir en su sociedad serán siempre iguales
(inmutables) y no conciben la idea de que tarde o temprano evolucionarán hacia
otros estereotipos nuevos? ¿Si ha ocurrido anteriormente por qué no pudiera
suceder mañana?
Todas estas
preguntas vienen a mi mente y solo me dejan una reflexión final: Las
sociedades, las gentes que las forman y los cerebros que forman cada una de sus
ideas, poco a poco van cambiando y cambiando y a medida que el tiempo pase
continuarán haciéndolo. Y solo podemos elegir entre acatarlas y vivir con el
peso de ellas sobre los hombros o aceptarlas pero no compartirlas y existir sin
sus ataduras.
Dimech
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